sábado, 22 de mayo de 2010

James Natchwey: el arte en la muerte


“He sido un testigo, y estas imágenes son mi testimonio. Los hechos aquí presentes no deben olvidarse, ni tampoco repetirse”
-James Natchwey-


Biografía


Nachtwey nació en 1949 y se crió en Massachusetts. Estudió Historia del Arte y Ciencias Políticas en el Darmouth College. Sin embargo, las imágenes de la Guerra de Vietnam y el movimiento a favor de los Derechos Civiles en Norteamérica le impactaron tan profundamente que despertaron su vocación por la fotografía, es decir, esa ansia de quererse comunicar con el mundo a través de la imagen. Aprendió este arte de forma totalmente autodidacta mientras trabajaba en los navíos de la marina mercante. En 1976 comenzó a trabajar como fotoperiodista en Nuevo Méjico y en 1980 se mudó a Nueva York para ser fotógrafo freelance. En su primer trabajo en el extranjero cubrió la revuelta civil en Irlanda del Norte, durante la huelga de hambre del IRA en 1981.

Desde entonces, James, se ha dedicado de pleno a documentar guerras, conflictos y crisis sociales en lugares tan diversos como: El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Líbano, la franja de Gaza, Israel, Indonesia, Tailandia, India, Sri Lanka, Afganistán, Filipinas, Corea del Sur, Somalia, Sudan, Ruanda, Sudáfrica, Rusia, Bosnia, Chechenia, Kosovo, Rumanía, Brasil y los Estados Unidos.

Asociado con Black Star de 1980 a 1985, desde 1984, Nachtwey, está en la nómina de Time Magazine. Asimismo, fue miembro de la Agencia Magnum entre 1986 y 2001 y ha expuesto individualmente en el International Center of Photography de Nueva York, el Palazzo delle Esposizioni de Roma, El Circulo de Bellas Artes de Madrid, el Carolinum en Praga, el Centro Hasselblad en Suecia, la Canon Gallery, el Nieuwe Kerk en Amsterdam, y el Hood Museum of Art del Dartmouth College, entre otros.


Obra


Desde luego Natchwey no creó su obra para dejar a la humanidad indiferente. A costa de arriesgar su propia vida, su máxima prioridad, como reportero de guerra, siempre ha sido concienciar y sensibilizar ante las atrocidades que ocurren en nuestro mundo, atrocidades de las que intentamos evadirnos como si no existieran. Pero él está ahí, persistente, tenaz, queriéndonos mostrar esa realidad sin adornos: el lado oscuro del ser humano. A través de su objetivo logra dar la vuelta a aquel famoso dicho: “Ojos que ven, corazón que siente”. Él quiere llegar a nuestros corazones, y lo hace plasmando la dolorosa verdad en cada una de sus fotografías: “Mi trabajo no es hacer que esas cosas sean cómodas o fácilmente digeribles. Mi trabajo no es hacer sentir cómoda a la gente con estas cosas, ni entretenerles. Mi trabajo es concienciar a la gente del hecho de que son crímenes contra la humanidad.”




Sudán, 1993 - Víctima de la hambruna en un centro nutricional.




Somalia, 1992 - Un niño famélico a causa de la hambruna. Según James: un arma de destrucción masiva provocada por el hombre.


La fotografía siempre ha sido para él una potente herramienta para llegar a la opinión pública: “Creo que las cosas hay que recordarlas, se debe reflexionar sobre ellas porque es la única manera con la que podemos aprender, la única forma de progresar.” Armado con sus dos cámaras de 35 mm y motivado por una misión antibélica y humanista de enfocar la existencia social, se desliza entre balas, humo y llantos. Su maestría en la captación de imágenes logra llevarnos hasta ese mismísimo instante de dolor y sufrimiento, en el que casi podemos percibir el sonido de la muerte.




Rumania, 1990 - Un orfanato para "incurables".




Bosnia, 1993 - Familia llorando la pérdida de su hijo soldado en la Guerra Civil.




Bosnia, 1993 - Limpieza étnica en Mostar. Un miliciano dispara contra sus propios vecinos musulmanes.


El blanco y negro es su principal aliado para poder “fotografiar con más detalle”. Le permite manejar la luz con auténtica maestría y lograr así magnificar las sensaciones, acercándonos al lugar hasta casi hacerlo palpable: unas ruinas, la miseria, el sufrimiento, la resignación, la tragedia… todo con un claro objetivo: provocarnos tal impacto que pase de nuestra vista a nuestro corazón hasta llegar a nuestro cerebro, implorando una reflexión ante tanta injusticia.




Indonesia, 1998 - Celebración civil ante la renuncia del dictador Suharto.




Indonesia, 1998 - Un mendigo lavando a su hijo en agua contaminada.


Momentos de tensión


A lo largo de su trayectoria, Nachtwey, ha resultado herido en varias ocasiones, pero fue durante su extensa cobertura de la invasión de Estados Unidos en Iraq cuando recibió su primera lesión de combate. Junto con Michael Weisskopf, el corresponsal de Time, montó en la parte posterior de un humvee con el pelotón "Tomb Raiders” del ejército de los Estados Unidos. De repente, un insurrecto lanzó una granada de mano en el vehículo. Weisskopf recogió la granada para lanzarla fuera del humvee, pero estalló en su mano. La explosión hirió a dos soldados y a los periodistas de Time. Nachtwey tomó varias fotografías del médico que asistía a Weisskopf antes de retirarse. Ambos periodistas volaron a Alemania y, más adelante, a los hospitales de los Estados Unidos. Pero Nachtwey se recuperó lo suficientemente rápido como para ir a ultramar y cubrir el tsunami en Asia Sur-Oriental el 26 de diciembre de 2004. Una valentía admirable, sin duda.




Revista Time, 2 octubre 2006 - Weisskopf cuenta en una entrevista cómo perdió la mano.


No cabe duda de que Natchwey ha renunciado voluntariamente a la vida convencional para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión y denunciar los hechos más execrables. Tiene un sentido de la ubicuidad impresionante, como si tuviera un sexto sentido para anticiparse a los hechos. El atentado del Word Trade Center ocurrió justo cuando él estaba en Nueva York de regreso de uno de sus viajes. El ruido y el instinto lo atrajo, como la miel a las abejas, logrando una serie fotográfica impresionante. Además estuvo con Thomas E. Franklin cuando éste hizo la famosa foto del levantamiento de la bandera en la Zona Cero, donde tres bomberos la levantaban después de los ataques del 11-S.




Nueva York, 2001 - Desplome de una de las torres del Word Trade Center.




Nueva York, 2001 - Zona Cero.




Nueva York, 2001 - Famosa foto de Thomas E. Franlkin donde tres bomberos hizan la bandera estadounidense en la Zona Cero del Word Trade Center. Fue finalista en los premios Pulitzer.


Es la demostración de su extraña fortuna, la de estar justo en el momento preciso de los hechos y que lo enfrenta permanentemente al peor lado de la humanidad. Es el don de un ser excepcional.




Totalmente recomendable el documental “War Photographer” sobre este memorable personaje, una ventana que nos permite zambullirnos en su día a día como reportero de guerra, empapándonos de su psicología.

Nominada para los Oscars de 2002 y premiada en una docena de festivales internacionales, “War Photographer”, nos muestra la profesión del fotógrafo norteamericano James Nachwey, sus motivaciones, sus miedos.

El director y productor suizo Christin Frei siguió a James Nachwey durante dos años en las guerras de Indonesia, Kosovo y Palestina, utilizando unas microcámaras especialmente diseñadas para ir insertadas en su cámara fotográfica. Esto nos permite observar al famoso fotógrafo en su búsqueda por el momento humano decisivo.

“La absorbente película de Crhistian Frey es un desgarrador testimonio de esta visión y del discreto y desinteresado heroísmo con que Mr. Nachwey lo ha perseguido” The New York Times.

“Cada minuto que estaba allí quería huir. No quería ver esto. Cortaría y saldría corriendo o sería capaz de asumir la responsabilidad de estar ahí con la cámara” James Nachtwey.

“Lo que distingue a James Nachwey de muchos de sus colegas es, que él es consciente de que captar el sufrimiento, las heridas, la devastación y la muerte es una forma potencial de explotación , pero deja claro que la alternativa de dejar la miseria humana invisible es aún peor” The New York Times.

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