Existe aquel famoso dicho de "dime con quién andas y te diré quién eres", pues mi lema para este reportaje es: "dime cómo compras y te diré quién eres".
Así, a bote pronto, parece una estupidez, pero si lo pensamos detenidamente vivimos en una sociedad consumista, y para qué negarlo, a las mujeres "literalmente" nos enloquece "ir de compras", vernos guapas y mejorar nuestra imagen. De modo que podríamos decir que lo que consumimos nos define.
No todas tenemos los mismos gustos, ni el mismo aspecto, ni... el mismo "poder adquisitivo". Existen múltiples factores que pueden condicionar nuestra forma de comprar.
Así que me he aventurado en la tarea de averiguar cómo compran tres tipos de mujeres totalmente diferentes entre sí. Las he observado, las he espiado, y he intentado reflejar el particular estilo de cada una de ellas.
Mi idea es captar su esencia como mujer en un cotexto femenino, un lugar donde se da rienda suelta a la creatividad, a la belleza.
En primer lugar tenemos a María: una elegante señora de mediana edad que posee su propia empresa. Evidentemente es una señora con un poder adquisitivo elevado, a quien le gusta "ir de boutiques", comprar ropa firmada y tener a una dependienta a su disposición que le ofrezca un trato totalmente personalizado. Vamos, un servicio a la carta.
En segundo lugar, el extremo opuesto: una joven estudiante que se gana un dinerillo trabajando los fines de semana. Mira, se prueba, pero no compra. Tiene un estilo muy moderno vistiendo, y acude a tiendas mucho más económicas, sobre todo tiendas que intentan imitar a las grandes firmas pero a un precio mucho más asequible.
Por último está Rocío: también una chica joven, diplomada, pero que no encuentra trabajo. En ella se aprecia un estilo totalmente diferente a la anterior, un estilo más alternativo, que por supuesto condiciona sus gustos a la hora de comprar. Le encantan los piercing, la música rock y comprar en los hippies.
En resumen, tres mujeres, tres mundos diferentes, donde por supuesto su forma de ser se ve reflejada en su forma de: "ir de compras".
Así, a bote pronto, parece una estupidez, pero si lo pensamos detenidamente vivimos en una sociedad consumista, y para qué negarlo, a las mujeres "literalmente" nos enloquece "ir de compras", vernos guapas y mejorar nuestra imagen. De modo que podríamos decir que lo que consumimos nos define.
No todas tenemos los mismos gustos, ni el mismo aspecto, ni... el mismo "poder adquisitivo". Existen múltiples factores que pueden condicionar nuestra forma de comprar.
Así que me he aventurado en la tarea de averiguar cómo compran tres tipos de mujeres totalmente diferentes entre sí. Las he observado, las he espiado, y he intentado reflejar el particular estilo de cada una de ellas.
Mi idea es captar su esencia como mujer en un cotexto femenino, un lugar donde se da rienda suelta a la creatividad, a la belleza.
En primer lugar tenemos a María: una elegante señora de mediana edad que posee su propia empresa. Evidentemente es una señora con un poder adquisitivo elevado, a quien le gusta "ir de boutiques", comprar ropa firmada y tener a una dependienta a su disposición que le ofrezca un trato totalmente personalizado. Vamos, un servicio a la carta.
En segundo lugar, el extremo opuesto: una joven estudiante que se gana un dinerillo trabajando los fines de semana. Mira, se prueba, pero no compra. Tiene un estilo muy moderno vistiendo, y acude a tiendas mucho más económicas, sobre todo tiendas que intentan imitar a las grandes firmas pero a un precio mucho más asequible.
Por último está Rocío: también una chica joven, diplomada, pero que no encuentra trabajo. En ella se aprecia un estilo totalmente diferente a la anterior, un estilo más alternativo, que por supuesto condiciona sus gustos a la hora de comprar. Le encantan los piercing, la música rock y comprar en los hippies.
En resumen, tres mujeres, tres mundos diferentes, donde por supuesto su forma de ser se ve reflejada en su forma de: "ir de compras".
